Expertos: Townley no pudo haber asesinado a Neruda
Por MARIANELA JARROUD y MICHAEL WARREN
Expertos de Estados Unidos especializados en las violaciones de derechos humanos durante la dictadura de Chile dijeron el lunes que una investigación judicial de la muerte del poeta Pablo Neruda pudiera descarrilarse si se centra en Michael Townley, un norteamericano que posteriormente fue sicario del jefe de la inteligencia chilena.Townley fue un extremista de derecha que creció en Chile en la década de 1960 y que propagó información negativa sobre el gran amigo de Neruda, el presidente marxista Salvador Allende, a principios de 1973.
Pero los expertos dijeron que Townley estaba en la Florida en el momento de la muerte de Neruda, el 23 de septiembre de 1973, sólo 12 días después del golpe militar del general Augusto Pinochet que derrocó a Allende. Y contrario a la versión presentada por el jefe de la inteligencia chilena, Townley nunca fue agente de la CIA, agregaron.
Existen numerosas pruebas en papel que incluyen una licencia de conducción de la Florida, un nuevo pasaporte estadounidense y recibos de un taller donde Townley trabajó como mecánico, que prueban que estaba en la Florida en septiembre de 1973, dijo John Dinges, periodista que cubrió la situación chilena para el periódico The Washington Post y escribió sobre Townley en dos libros, "The Condor Years" y "Assassination on Embassy Row".
Peter Kornbluh, autor del libro "The Pinochet File, a Declassified Dossier on Atrocity and Accountability" (que puede traducirse como "El archivo de Pinochet, un caso desclasificado de atrocidad y rendición de cuentas"), también desestimó la idea de que vale la pena estudiar una posible participación de Townley.
"Todos queremos que este caso se resuelva, pero las pistas falsas no lograrán acercarnos a la verdad sobre la muerte muy inoportuna de Pablo Neruda", dijo Kornbluh.
Ambos hablaron con The Associated Press en entrevistas telefónicas desde Estados Unidos el lunes.
Neruda sufría de cáncer y la enfermedad aparece como la causa oficial de su deceso, pero el chofer del poeta y otras personas cercanas a él sospechan desde hace mucho tiempo que su muerte no fue por causas naturales.
Casi 40 años después, el juez Mario Carroza investiga formalmente la causa de la muerte del Premio Nobel de Literatura, quien habría sido uno de los críticos más enérgicos de Pinochet si hubiese escapado de Chile. Su cuerpo fue exhumado para someterlo a pruebas químicas y Carroza busca cualquier prueba disponible.
Un testigo clave ha sido el doctor Sergio Draper, quien atendía a Neruda en el hospital. Draper dijo en la década de 1970 que estaba al lado de Neruda cuando el poeta falleció. Pero hace poco ofreció al juez una versión diferente, que un "doctor Price" se hizo cargo de Neruda poco antes de fallecer, y desapareció poco después.
El juez ordenó a la policía crear un retrato hablado de la persona sobre la base de lo que Draper recordaba, para ayudar a identificar a este misterioso personaje, del que la AP obtuvo una copia el lunes. La policía señala debajo del retrato hablado en blanco y negro que el sujeto tenía aproximadamente 28 años, ojos azules, piel blanca y cabello rubio corto.
Draper trató tanto a Neruda como al ex presidente Eduardo Frei Montalva, otro crítico de Pinochet que falleció en circunstancias sospechosas mientras estaba hospitalizado. Draper ha negado desde hace mucho que alguna de las dos muertes hayan sido intencionales, e insistió en público que Neruda fue trasladado al hospital en estado muy grave debido a la metástasis del cáncer de próstata que sufría.
Eduardo Contreras, abogado del Partido Comunista de Chile, quien presionó para que se investigara la muerte de Neruda y tiene acceso a los testimonios a puertas cerradas, declaró a la AP que la descripción del "doctor Price" que dio Draper pudiera ser de Townley o de Harmutt Hopp. Agregó que desea que la Interpol determine con toda autoridad dónde estaba Townley en septiembre de 1973.
"En tiempos de la dictadura, mucha gente entraba y salía de Chile sin que se registraran sus movimientos", dijo Contreras.
A diferencia de Townley, quien tenía el cabello castaño claro, Hopp era médico y rubio. En enero Hopp fue sentenciado en ausencia a cinco años de prisión por abusar sexualmente de menores en la Colonia Dignidad, un campamento dirigido por un ex nazi que era también uno de los centros de tortura de Pinochet. Hopp goza de plena libertad tras huir a Alemania, que ha rechazado las solicitudes de Chile para su extradición.
Townley, que comenzó a trabajar en la Dirección de Inteligencia Nacional de Chile (DINA) en junio de 1974, ha dicho que siguió las órdenes del jefe de esa entidad, Manuel Contreras, cuando colocó bombas que provocaron la muerte de críticos de la dictadura, entre ellos el general Carlos Prats, en Buenos Aires, y el embajador chileno Orlando Letelier en Washington.
Eduardo Contreras, que no tiene parentesco con el ex jefe de la DINA, repitió la versión, contada muchas veces, de que Townley era un "doble agente" que trabajaba para la CIA y la DINA. Pero tanto Dinges como Kornbluh dijeron que la CIA rechazó dos veces intentos de Townley por unirse a esa organización de inteligencia y que el jefe de los espías de Pinochet trató de desviar la culpabilidad de sus delitos al diseminar una versión apócrifa de que CIA había colocado a Townley en los servicios secretos chilenos.
"Esta es una historia que Manuel Contreras ha contado de manera uniforme desde la muerte de Letelier: que Townley no trabajaba para la DINA, sino para la CIA. Y la izquierda cae en la trampa una y otra vez porque quieren enlodar a la CIA", dijo Dinges.
Townley testificó en Estados Unidos contra Manuel Contreras, quien cumple varias sentencias de cadena perpetua por secuestros y asesinatos cometidos durante la dictadura de Pinochet, que se extendió de 1973 a 1990. Townley cumplió seis años de prisión en Estados Unidos por la explosión que mató a Letelier, y después las autoridades estadounidenses le dieron una identidad y paradero desconocidos como parte del programa de protección a testigos.
Las investigaciones federales de Estados Unidos mostraron que Townley huyó de Chile meses antes del golpe de estado porque temía que lo arrestaran por el asesinato de un desamparado que interrumpió sin querer un operativo contra Allende. Dinges dijo que Townley no regresó a Chile hasta el 18 de octubre de 1973, con el mismo pasaporte falso que usó después para entrar a Argentina y matar a Prats.
Pero los expertos dijeron que Townley estaba en la Florida en el momento de la muerte de Neruda, el 23 de septiembre de 1973, sólo 12 días después del golpe militar del general Augusto Pinochet que derrocó a Allende. Y contrario a la versión presentada por el jefe de la inteligencia chilena, Townley nunca fue agente de la CIA, agregaron.
Existen numerosas pruebas en papel que incluyen una licencia de conducción de la Florida, un nuevo pasaporte estadounidense y recibos de un taller donde Townley trabajó como mecánico, que prueban que estaba en la Florida en septiembre de 1973, dijo John Dinges, periodista que cubrió la situación chilena para el periódico The Washington Post y escribió sobre Townley en dos libros, "The Condor Years" y "Assassination on Embassy Row".
Peter Kornbluh, autor del libro "The Pinochet File, a Declassified Dossier on Atrocity and Accountability" (que puede traducirse como "El archivo de Pinochet, un caso desclasificado de atrocidad y rendición de cuentas"), también desestimó la idea de que vale la pena estudiar una posible participación de Townley.
"Todos queremos que este caso se resuelva, pero las pistas falsas no lograrán acercarnos a la verdad sobre la muerte muy inoportuna de Pablo Neruda", dijo Kornbluh.
Ambos hablaron con The Associated Press en entrevistas telefónicas desde Estados Unidos el lunes.
Neruda sufría de cáncer y la enfermedad aparece como la causa oficial de su deceso, pero el chofer del poeta y otras personas cercanas a él sospechan desde hace mucho tiempo que su muerte no fue por causas naturales.
Casi 40 años después, el juez Mario Carroza investiga formalmente la causa de la muerte del Premio Nobel de Literatura, quien habría sido uno de los críticos más enérgicos de Pinochet si hubiese escapado de Chile. Su cuerpo fue exhumado para someterlo a pruebas químicas y Carroza busca cualquier prueba disponible.
Un testigo clave ha sido el doctor Sergio Draper, quien atendía a Neruda en el hospital. Draper dijo en la década de 1970 que estaba al lado de Neruda cuando el poeta falleció. Pero hace poco ofreció al juez una versión diferente, que un "doctor Price" se hizo cargo de Neruda poco antes de fallecer, y desapareció poco después.
El juez ordenó a la policía crear un retrato hablado de la persona sobre la base de lo que Draper recordaba, para ayudar a identificar a este misterioso personaje, del que la AP obtuvo una copia el lunes. La policía señala debajo del retrato hablado en blanco y negro que el sujeto tenía aproximadamente 28 años, ojos azules, piel blanca y cabello rubio corto.
Draper trató tanto a Neruda como al ex presidente Eduardo Frei Montalva, otro crítico de Pinochet que falleció en circunstancias sospechosas mientras estaba hospitalizado. Draper ha negado desde hace mucho que alguna de las dos muertes hayan sido intencionales, e insistió en público que Neruda fue trasladado al hospital en estado muy grave debido a la metástasis del cáncer de próstata que sufría.
Eduardo Contreras, abogado del Partido Comunista de Chile, quien presionó para que se investigara la muerte de Neruda y tiene acceso a los testimonios a puertas cerradas, declaró a la AP que la descripción del "doctor Price" que dio Draper pudiera ser de Townley o de Harmutt Hopp. Agregó que desea que la Interpol determine con toda autoridad dónde estaba Townley en septiembre de 1973.
"En tiempos de la dictadura, mucha gente entraba y salía de Chile sin que se registraran sus movimientos", dijo Contreras.
A diferencia de Townley, quien tenía el cabello castaño claro, Hopp era médico y rubio. En enero Hopp fue sentenciado en ausencia a cinco años de prisión por abusar sexualmente de menores en la Colonia Dignidad, un campamento dirigido por un ex nazi que era también uno de los centros de tortura de Pinochet. Hopp goza de plena libertad tras huir a Alemania, que ha rechazado las solicitudes de Chile para su extradición.
Townley, que comenzó a trabajar en la Dirección de Inteligencia Nacional de Chile (DINA) en junio de 1974, ha dicho que siguió las órdenes del jefe de esa entidad, Manuel Contreras, cuando colocó bombas que provocaron la muerte de críticos de la dictadura, entre ellos el general Carlos Prats, en Buenos Aires, y el embajador chileno Orlando Letelier en Washington.
Eduardo Contreras, que no tiene parentesco con el ex jefe de la DINA, repitió la versión, contada muchas veces, de que Townley era un "doble agente" que trabajaba para la CIA y la DINA. Pero tanto Dinges como Kornbluh dijeron que la CIA rechazó dos veces intentos de Townley por unirse a esa organización de inteligencia y que el jefe de los espías de Pinochet trató de desviar la culpabilidad de sus delitos al diseminar una versión apócrifa de que CIA había colocado a Townley en los servicios secretos chilenos.
"Esta es una historia que Manuel Contreras ha contado de manera uniforme desde la muerte de Letelier: que Townley no trabajaba para la DINA, sino para la CIA. Y la izquierda cae en la trampa una y otra vez porque quieren enlodar a la CIA", dijo Dinges.
Townley testificó en Estados Unidos contra Manuel Contreras, quien cumple varias sentencias de cadena perpetua por secuestros y asesinatos cometidos durante la dictadura de Pinochet, que se extendió de 1973 a 1990. Townley cumplió seis años de prisión en Estados Unidos por la explosión que mató a Letelier, y después las autoridades estadounidenses le dieron una identidad y paradero desconocidos como parte del programa de protección a testigos.
Las investigaciones federales de Estados Unidos mostraron que Townley huyó de Chile meses antes del golpe de estado porque temía que lo arrestaran por el asesinato de un desamparado que interrumpió sin querer un operativo contra Allende. Dinges dijo que Townley no regresó a Chile hasta el 18 de octubre de 1973, con el mismo pasaporte falso que usó después para entrar a Argentina y matar a Prats.