
Editorial
E n Cuba precomunista el movimiento obrero disfrutó su época dorada, teniendo en cuenta nuestra situación de país subdesarrollado.
Disfrutaba el obrerismo cubano de uno de los códigos laborales más avanzados del mundo. El derecho a la huelga, arma poderosa que poseen los obrero en los países con regímenes democráticos ,era ejercida por los cubanos sin intervención de ninguna autoridad.
Su jornada laboral era de ocho horas diarias, pero ya tenia el beneficio de la jornada laboral semanal de cuarenta y cuatro horas con pago de cuarenta y ocho; disfrutaba el obrero del descanso retribuido, o sea, que el patrón tenia que pagarle, por mandato de la ley un mes de vacaciones al año.
El empleado público, también tenía un mes adicional pagado, que cobraba a fin de año y que se conocía como aguinaldo pascual, pues era objetivo con esta bonificación que el empleado disfrutara junto a su familia, de las fiestas navideñas.
Tenían los obreros sus sindicatos independientes, cuyos dirigentes elegían los propios obreros con entera libertad y sin interferencias extrañas. Estos dirigentes sindicales negociaban con el patrón los convenios laborales, procurando siempre que el obrero saliera beneficiado en dichas negociaciones; tenían los obreros derecho a formación de cooperativas, de hecho lo ejercitaban, un ejemplo de ello, fueron las cooperativas de ómnibus Aliados y de Pescadores.
El obrero de la industria, tenía además de los beneficios y derechos ya enumerados, nueve días pagados al año por enfermedad, que cobraba aún sin enfermarse.
Tenía el patrono que asegurarle al obrero los riesgos y peligros que en su labor pudiera sufrir; las compañías de seguros tenían sus clínicas donde prestaban esmerada asistencia al obrero accidentado y una tabla de valores que cubría desde cualquier parte del organismo afectada hasta la muerte en cuyo caso
cobraba la familia del occiso 5 mil pesos de indemnización.
La señora del obrero, tenía hospital de maternidad, uno en cada provincia del país , donde recibían trato especializado durante los días de su alumbramiento.
El día primero de mayo, día de los trabajadores, los obreros desfilaban, en La Habana, con una pancarta anunciando su sindicato, una banda de música y otras pancartas con sus de- mandas que podrían ser , pi- diendo aumento salarial, abara- tamiento del costo de la vida, etc.; desde la terraza norte del palacio presidencial, el Presidente de la República, el Mini tro de Trabajo, el Secretario general de la CTC y otras personalidades observaban el desfile y al final se pronunciaba un discurso. Pero nunca se vio a los obreros desfilando agitando una banderita en silencio, dándole respaldo irrestricto al patrono causante de todas sus desdichas.
El campesino, menos favorecido, no estaban bien distribuidas las riquezas del país, pero la ley lo protegía con un salario mínimo, los equipos de primera necesidad estaban equiparados al salario, tenía para distribuir entre el corte y tiro de caña el valor de 52 libras de azúcar, tenía participación en el diferencial azucarero, el colono tenía que darle 10 cordeles de tierra habilitados sin costo alguno y potrero para una vaca y un caballo.
¿Cómo quedaron las conquistas logradas por la clase obrera durante la etapa capitalista, al adueñarse del poder el régimen comunista, el paraíso de los trabajadores?
Pues sencillamente, la industria, las tiendas, las granjas agrícolas, en fin todos los medios de producción pasaban a poder del pueblo; el pueblo tenía todo lo que fuera capaz de producir . Entonces perdió el obrero su derecho a la jornada laboral de ocho horas, pues siendo dueño de los medios de producción ¿no ganaba más cuanto más rindiera?. También perdió el derecho a la huelga, pues ¿a quien le iba a reclamar si el era el dueño de todo?.
Fidel Castro desarraigó al campesino de su tierra, metiéndolo en un apartamento de un edifi- cio de vecindad; sus tierras fueron colectivizadas y manos inexpertas y carentes de amor lo reemplazaron, los plantíos fueron maltratados y sus frutos escasos. El exceso de roturación y el uso indiscriminado de herbicidas arruinaron las tierras, las granjas y cooperativas agrícolas fracasaron y fueron disueltas y las malas hierbas y el marabú se enseñorearon de las áreas de cultivo.
http://iclep.org/el-cubano-libre-de-hoy-ano-2-n-2014