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AL IGUAL QUE CUBA CON FIDEL CASTRO, EL CHAVISMO REESCRIBE LA HISTORIA PARA ADOCTRINAR A LOS NIÑOS

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<span class="cutline_leadin">Una nueva</span> edición de la Constitución venezolana dirigida a los niños –con dibujos de propaganda chavista– está siendo distribuida por las escuelas del país.

  Polémica por la introducción de una 'nodriza cubana' en la historia de Bolívar que se enseña en las escuelas

Se quiere construir 'una metáfora de la relación nutricia que tendría Cuba con Venezuela', dicen analistas. 'Una relación de dominación siempre necesita justificarse'.
La importancia que ha cobrado una "nodriza cubana" en la historia del prócer Simón Bolívar que se enseña en las escuelas venezolanas, ha levantado polémica y alarma entre padres y analistas, que la consideran otro intento de adoctrinamiento y de mitificar la estrecha relación Caracas-La Habana.
"Se produce un acto más de la reescritura totalitaria de la historia cuando le aparece, en un libro para escolares (…) una 'nodriza cubana' al bebé Bolívar", dijo en un artículo publicado en el diario El Nacional Colette Capriles, profesora de Ciencias Sociales y Filosofía Política de la Universidad Simón Bolívar.
La cubana desplaza "a la negra Hipólita de la que siempre nos habían hablado" en los libros de historia como la nodriza del Libertador, añadió.
"Lo grotesco de la impostura muestra el tamaño de la operación que se quiere acometer: construir una referencia 'entrañable', íntima; una metáfora de la relación nutricia que tendría Cuba con Venezuela, aun cuando ninguna de las dos existía como nación o identidad, trascendiendo así lo político, lo epocal, lo histórico, para aterrizar en una asociación pavlovianamente emocional", añadió Capriles.
Según han publicado numerosos venezolanos en las redes sociales, libros de Historia que se han distribuido en escuelas públicas y algunos centros privados venezolanos hablan de "una criolla cubana" que amamantó a Bolívar durante unas semanas, antes de que Hipólita se convirtiera en su nodriza.
La cubana, Inés Mancebo, era esposa de Fernando Miyares, un militar de la Isla enviado a Caracas en 1783 (año del nacimiento de Bolívar) por la corona española. Ambas familias habrían sido amigas.
Varios analistas consideraron que lo importante no es la existencia de la nodriza cubana, sino la repentina importancia que se le ha dado en la versión de la Historia que el Gobierno elige para los niños.
Se trata de "un estrafalario vínculo que se quiere establecer entre Bolívar y Cuba. Que el intento se realice en un manual para escolares es un despropósito", dijo Elías Pino Iturrieta, historiador y editor adjunto de El Nacional.
"En sí mismo, esto no tendría ninguna importancia histórica. Pero parece tenerla en términos ideológicos para el Gobierno", afirmó por su parte Tomás Straka, profesor de Historia e investigador de la Universidad Católica Andrés Bello, citado por el sitio en internet Pro Davinci.
"En el esfuerzo de unir a Cuba con Venezuela (o mejor dicho: a Venezuela con Cuba), cualquier cosa que 'cubanice' al Libertador es destacada. Con esto, si Bolívar no es cubano, sobrevivió recién nacido gracias a la leche de una cubana. Inicialmente, no es un dato del que puedan sacarse conclusiones ideológicas, pero puede servir para resaltar alguna especie de destino común entre los dos países que, hablando las cosas, justifique su tipo de relación actual", añadió.
A juicio de Colette Capriles, "lo que importa, parece, es legitimar una relación que es, obviamente, ilícita".
"Una relación de dominación siempre necesita justificarse", dijo la analista.


Castro Brothers, Inc.

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Como todo lo que rodea la gran anormalidad que somos, el misterio, el silencio, la desinformación y las operaciones de mitificación asedian también la relación de Venezuela con Cuba, o del chavismo con el castrismo. En estos días se produce un acto más de la reescritura totalitaria de la historia cuando le aparece, en un libro para escolares según dicen, una “nodriza cubana” al bebé Bolívar, personaje que además sería una “amiga de doña Concepción” (lo que sugiere cierta alcurnia), desplazando a la negra Hipólita de la que siempre nos habían hablado. Lo grotesco de la impostura muestra el tamaño de la operación que se quiere acometer: construir una referencia “entrañable”, íntima; una metáfora de la relación nutricia que tendría Cuba con Venezuela, aun cuando ninguna de las dos existía como nación o identidad, trascendiendo así lo político, lo epocal, lo histórico, para aterrizar en una asociación pavlovianamente emocional.
Lo que importa, parece, es legitimar una relación que es, obviamente, ilícita. Una relación de dominación siempre necesita justificarse. Pero esto es algo más (y menos) que una relación política. Es una relación comercial de gigantesca envergadura. Se dice con frecuencia que lo insólito de la situación venezolana es esa manera de anclarse a una estampa congelada en la historia de la Guerra Fría que sería el estalinismo cubano. Pero no se repara en que tal vez estemos ante una novedad en términos de un modelo de negocio que ha funcionado bastante bien en los últimos diez años, y del cual la hoz y el martillo no son sino los logos de un branding extremadamente agresivo y eficaz. Cuba es una inmensa corporación dinástica que vende, para provecho exclusivo de sus socios y dueños, un conjunto de servicios de control social (corrientemente llamado socialismo) y obtiene ganancias extraordinarias con costos mínimos.
Así, pues, estimado lector, si siente usted tentaciones tiránicas y encuentra la oportunidad de hacerse del poder legalmente con el voto de los desencantados de la política, no dude ni un minuto: comuníquese de inmediato con Castro Brothers, Inc., quienes le ofrecerán un menú de opciones ajustadas a su PIB, nivel de desarrollo institucional, cohesión interna, resentimiento social y grado de paranoia, garantizándole una limpia genealogía ideológica que lo conectará a usted con los grandes relatos épicos del siglo XX y los antecedentes que sean necesarios (guerras de independencia, héroes autóctonos, cosmovisiones locales), así como de un certificado de supremacía moral que le permitirá eternizarse al mando, amparándose en la defensa de los desposeídos, cuyo número –así asegura el folleto– siempre se mantendrá dentro de los parámetros de pobreza requeridos. El carisma, siempre una gran ventaja, es sin embargo opcional: el paquete funciona con o sin él.
El modelo consiste en efecto, esencialmente, en proveer tecnologías de control social a cambio de convertirse en socio estratégico de los negocios medulares de la economía nacional.  Hay una versión all-in-one: servicios sanitarios de atención primaria e importación de medicamentos, servicios educativos, de inteligencia y contrainteligencia, de seguridad, de apoyo militar, de tecnologías de información y de registro de población, de recaudación de impuestos, de deporte de alta competencia, de administración y control de medios de comunicación, y sobre todo, métodos represivos y sistemas de delación refinados durante generaciones desde la Rusia zarista, leninista, estalinista, y aún más sofisticados por cortesía de la Gestapo, muchos de cuyos miembros terminaron en Alemania Oriental entrenando a la Stasi, luego escuela de los cubanos. Y en el núcleo, un servicio de narrativa revolucionaria dirigido a la creación y distribución de mitos políticos e identitarios (en los que el nacionalismo ocupa un lugar prominente) que justifiquen el advenimiento de la nueva élite al poder. Se aceptan, por supuesto, distintos medios de pago pero hay uno que no puede faltar: el cliente se compromete a asegurarle al proveedor nuevos mercados como garantía, de modo que el marketing queda a su cargo.
No es pues, una ideología lo que Cuba exporta. Es un know-how de cómo construir, paso a paso y con 55 años de experiencia, un sistema de dominación intemporal.

El chavismo reescribe la historia de Venezuela para adoctrinar a los niños

Antonio Maria Delgado

Simón Bolívar fue el precursor, pero la verdadera liberación de Venezuela vino de mano de Hugo Chávez, quien independizó al país de la tiranía imperialista pese a ser víctima de un golpe de Estado emprendido por burgueses mezquinos respaldados por barcos de guerra y helicópteros estadounidenses.Esa es la interpretación de la historia venezolana que aparece en los libros de texto que se usan obligatoriamente en las escuelas del país en un intento por adoctrinar a millones de niños con la ideología chavista.
Sin embargo, los libros están siendo rechazados por muchos maestros por su alto contenido de propaganda política.
“No consideramos pertinentes esos libros”, dijo desde Caracas María Teresa Clemente, secretaria de Comunicación de la Federación Venezolana de Maestros. “Están repletos de ideología y no tienen realmente un contenido que brinde conocimientos a los niños”.
Aún así, los libros educativos, de la Colección Bicentenaria, son los textos oficiales del sistema escolar venezolano, y son de uso obligatorio y exclusivo por orden del Ministerio de Educación.
Para Venezuela Awareness, ONG que vela por los derechos humanos y la preservación de las libertades democráticas en el país, los libros tienen un alto contenido de ideología socialista entrelazada con el contenido didáctico.
“Contienen una alta carga de doctrina ideológica del socialismo”, dijo Patricia Andrade, presidenta de la ONG.
“Los libros llevan a eliminar el pensamiento crítico de los niños y a crear las bases para el adoctrinamiento hacia una ideología única, que es la ideología de la Revolución Bolivariana”, agregó.
Y el proceso comienza desde muy temprano en la formación del niño.
En el libro de Matemáticas de primer grado, por ejemplo, el niño ya comienza a ser instruido sobre la existencia de las Comunas, concepto que según expertos es anticonstitucional y pretende terminar de desarticular la arquitectura democrática del Estado.
“La implementación de las Comunas significa la destrucción del Estado democrático para proceder a implementar un modelo socialista de la revolución bolivariana. Y aquí tenemos niños que están siendo adoctrinados para obtener desde una temprana edad una visión favorable de un proyecto político”, dijo Andrade.
Una de las tareas contempladas en los libros hace que los niños averigüen cuál es la organización comunal más cercana a su casa y que visiten con su maestra el Consejo Comunal más cercano.
Los libros también presentan un alto contenido propagandístico, con frecuentes referencias a los programas de beneficios sociales introducidos por el chavismo, como ejercicios de Aritmética con arepas compradas en las “Areperas Socialistas”, o con mercancía a bajo precios adquirida a través de los mercados subsidiados conocidos como Mercal.
Pero es la tergiversación de la historia el factor que podría ser más nocivo.
Uno de los libros donde eso ocurre es la Constitución Ilustrada, donde aparecen frecuentes imágenes de un Chávez agigantado, colocado en el mismo plano histórico de Simón Bolívar.
“Una de las cosas más preocupantes que enseña [la Constitución Ilustrada] es que el precursor de la libertad de Venezuela es Simón Bolívar, y que el que liberó a Venezuela, el que logró la independencia, se llama Hugo Chávez”, comentó Andrade.
“En algunas de las imágenes, Simón Bolívar se muestra disminuido ante un Chávez todopoderoso”, agregó.
Una de las ilustraciones muestra a Bolívar entregándole su espada a Chávez para que continúe con la lucha de independencia.
Los libros también son muestra de los esfuerzos del chavismo por reescribir la historia para imponer su visión del pasado y engrandecer la relevancia de la Revolución Bolivariana.
Al relatar la historia venezolana, por ejemplo, el espacio dedicado a las presidencias durante los 40 años de democracia que precedieron a Chávez es de solo una página, mientras que las dedicadas a la presidencia del líder bolivariano suman más de veinte, explicó Clemente.
“Se ha cortado mucho la historia. Y la interpretación de la historia gira en torno al papel que jugó un solo presidente [Chávez], como si la trayectoria histórica anterior fuese irrelevante”, comentó Clemente.
“Los libros solo reconocen a un presidente, condenando a un papel anecdótico a los cinco jefes de Estado anteriores a Chávez. Cuando habla de los demás presidentes, se refiere a ellos como lo más nefasto que ha existido, y eso no es así, con toda sus debilidades y fortalezas”, agregó.
Los libros también incluyen una alta retórica chavista anticapitalista, presentando a los sectores económicos del país y a Estados Unidos como los grandes enemigos de la patria.
Al relatar los eventos del 2002, donde Chávez salió brevemente del poder, uno de los textos asegura que fueron grupos económicos que lanzaron un golpe de Estado, con ayuda de Estados Unidos que envió buques a invadir las aguas venezolanas.
De acuerdo con el mismo relato, helicópteros estadounidenses habrían sobrevolado la isla venezolana donde Chávez estaba “secuestrado”.

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